Continuamos la serie sobre el Proyecto de Zona Verde Pública en la que estamos viendo los aspectos singulares del proyecto de zonas verdes. En esta entrada nos centraremos en como afecta el nivel cultural de los usuarios al proceso de diseño.
Algo
que debe tener muy presente el proyectista es el nivel cultural de las personas a quienes se dirige la obra,
para discernir su capacidad de entendimiento. Se puede caer en el papanatismo o
desaprovechar una oportunidad de oro, renunciando a un diseño, digamos de
altura, por no conocer la formación cultural de los usuarios y su capacidad de
entendimiento.
Lanzarse
a diseños atrevidos puede ser arriesgado, pero también deseable y, si se puede,
necesario. Las obras en la calle deben recoger la muestra cultural del momento
y así poder dejar a las generaciones futuras la cultura del pasado. Quiero, no
obstante, destacar la responsabilidad que tenemos quienes actuamos en plena
calle y por tanto la mesura con que deben ser tomadas decisiones un tanto
avanzadas, con riesgo. No son pocos los casos de actuaciones de vanguardia que,
quizá por estar situadas en lugares inadecuados, han sido objeto del rechazo
popular y cambios prematuros.
También
conocemos casos de actuaciones no comprendidas en el aspecto estético, a veces
con problemas de utilización y funcionamiento, como consecuencia de exigencias
del diseño, que han sido rechazadas y consecuentemente abandonadas,
produciéndose un rápido deterioro.
Como
en todos los casos, el conocimiento del medio, en todos los aspectos, es una de
las mejores garantías de acertar en los diseños.
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