En esta segunda entrada de la serie de escaleras dentro de la obra civil en parques y jardines, vamos a centrarnos en los peldaños.
- Peldaños:
Las escaleras son piezas del viario peligrosas, y en la forma y materiales que componen los peldaños reside una parte importante de su peligrosidad.
- Seguridad: La superficie de la huella será suficientemente rugosa para evitar el deslizamiento en todo tiempo, en particular en días de lluvia. Con materiales que puedan presentar estos problemas se debe colocar o fabricar una tira adherente, de unos 3 cm junto a la arista de ataque del peldaño. Canto romo en el borde de ataque del peldaño pero no excesivamente redondeado al extremo de apoyar el pie en la superficie curva (ya sabemos que muchas personas suben las escaleras apoyando en el peldaño solamente la parte delantera del pie). La tabica del peldaño, al menos en los de huella de ancho normal o pequeño, debe apoyar en la huella para evitar el vuelco. La huella debe tener una pendiente del 0,5-1% para la evacuación del agua de lluvia; esta pendiente será mayor en escaleras de huellas muy anchas, tipo rampa italiana.
Peldaños - Forma del peldaño: La forma del peldaño atiende a la funcionalidad de la escalera, seguridad y belleza. A grandes rasgos citamos los siguientes:
- Rectangulares o de tabica recta, normal o rebajada, lisa o trabajada, y de una o dos piezas.
- Trapeciales o de tabica inclinada, lisa por lo regular, los cuales se utilizan para ampliar la huella cuando el desarrollo de la escalera es escaso.
- Materiales para la formación de peldaños: Nos referimos exclusivamente a las escaleras al aire libre.
- Piedra: Es el material idóneo por su comportamiento, calidad y estética, al menos en la generalidad de ambientes. Las piedras han de ser compactas, duras, resistentes al desgaste y no heladizas. Son recomendables las rocas eruptivas como el granito, diorita y basalto. Las rocas sedimentarias, como la caliza y el mármol, se comportan mal ante cambios bruscos de temperatura, no siendo recomendables donde se den alternancias térmicas fuertes. De las areniscas solo sirven las más duras. Las pizarras se comportan bien aunque, por lo regular, dad su naturaleza peculiar de pieza esfoliada, se utilizan en peldaños de huella y tabica separada.
- Madera: Sirven las maderas duras como el iroko, teca o cerejeira, siempre tratadas con un grado 3. Los peldaños se forman por lo regular de 2 piezas y son deslizantes cuando están mojados, por lo que deben adoptarse precauciones. La traviesa de ferrocarril se emplea bastante aunque es altamente resbaladiza cuando la traviesa es relativamente nueva y está mojada, presentando además imperfecciones; su empleo está reservado a ambientes rústicos. Los rollizos de pino también se emplean para la formación de peldaños en escaleras de huella terriza, por lo regular. Son poco recomendables ya que su forma redondeada los hace muy resbaladizos, especialmente si están mojados.
- Piezas prefabricadas de hormigón: este tipo de peldaños se emplea comúnmente en interior, no obstante si la fabricación es de calidad, de sección suficiente y no absorben agua, pueden utilizarse a la intemperie. El peldaño puede estar realizado en una sola pieza o en dos y darse todas las formas posibles.
- De piezas cerámicas: Los materiales cerámicos no heladizos, como el gres, pueden utilizarse para la formación de escaleras en el exterior. Existen en el mercado piezas especiales para huellas de peldaños, lisos o con moldurados. La tabica generalmente se forma aparte.
- Metálicos: Se utilizan solo en escaleras apoyadas en zancas, voladas o no. Su empleo en parque es muy restringido y sólo en ambientes especiales donde su uso esté justificado por la estética. Son, por el contrario, muy utilizados en salas de máquinas y edificios de servicios.
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