Podemos
distinguir las que se realizan para ser utilizadas como elementos de uso y
disfrute de las que responden a meras necesidades de funcionamiento. Para las
primeras sería de aplicación lo dicho para el mobiliario ya que son piezas de
utilización directa por el usuario, como aquellos elementos, y tienen que ser
pensadas de igual manera, aunque se utilicen en su ejecución otros materiales.
Si son elementos al servicio de las
funciones del parque o jardín habrán de diseñarse con sujeción a esta función.
Lo
dicho de las salas de máquinas en el apartado de las instalaciones sirve en
estos casos. Diseñar sin conocer a fondo la función y no procurar unas
condiciones adecuadas de habitabilidad puede suponer pérdidas de utilidad
importantes y gastos de mantenimiento excesivos. Hay que pensar que entre estas funciones está
el propio mantenimiento, como es la limpieza, la pintura periódica, la
sustitución de elementos fungibles..., y hay que prever los espacios y la
forma de desarrollar estas operaciones.
En
las casetas de operarios, para el mantenimiento de parques, se suelen olvidar
estas funciones y, a pesar de que la reglamentación vigente fija estándares
mínimos, casi siempre hemos visto una economía muy grande de espacio, obligando
a realizar las operaciones en áreas en exceso reducidas. Este ahorro en la obra
se paga con creces en el mantenimiento pues el desarrollo forzado de estas
operaciones supone una utilización excesiva de los medios y su rápida
degradación. Bien al contrario sería deseable proyectar espacios con mayor
amplitud, si se quiere en exceso, para favorecer la ordenada utilización y
conservación, desde un planteamiento generoso en el proyecto.
Particular
importancia pueden tener las construcciones especiales, como pérgolas,
monolitos, puentes, fuentes ornamentales... La idea de diseño ha de ser
contrastada permanentemente con la disponibilidad de materiales y el
mantenimiento, pues éste puede ser muy elevado, o no darse en la necesaria
medida lo que lleva a la degradación en poco tiempo. Otro aspecto a considerar
es su utilidad, o inutilidad en estas obras especiales que también se da con
cierta frecuencia, lo que conduce a su
degradación en poco tiempo, aunque por distintos motivos
La
obra civil de las fuentes ornamentales merece una especial consideración pues
el contacto permanente con el agua provoca una considerable agresión. Los
bordes de los vertederos, juntas, pinturas, anclajes... son puntos débiles
de la instalación y tienen que ser muy bien pensados.
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