Seguimos con la serie sobre el Proyecto de Zona Verde Pública en la que estamos viendo los aspectos singulares del proyecto de zonas verdes. En esta entrada nos centraremos en la dedicación al diseño de soluciones y su valoración dentro del proceso de diseño.
El
diseño de parques y jardines, como todos los diseños que no llevan
simultáneamente unida la creación del objeto del diseño, como por ejemplo la
artesanía, debe reunir las indicaciones necesarias para que la idea, plasmada
en el diseño, pueda hacerse realidad.
El
proyecto es el documento encargado de contener esta información, siendo el
diseñador el encargado de proporcionarla. En su formulación se tendrá presente
que los encargados de ejecutarla estarán muy alejados de las ideas que tuvo
quien la imaginó, por lo que será necesario aportar todo tipo de explicaciones.
Así, se tendrá en cuenta el empleo de materiales novedosos, en aplicaciones
poco o nada habituales, lo que puede suponer muchos problemas de tipo
constructivo, que pueden verse agravados, no solo por la ausencia de las
necesarias explicaciones, sino por no haber realizado cálculos y ensayos de fiabilidad en la redacción del proyecto.
Lo
anterior lo comentamos por la frecuencia con que se producen ausencias de este
tipo en los proyectos y por las consecuencias negativas que se derivan de ello.
Algunas son importantes:
- La falta de
detalles constructivos deja en manos del constructor la ejecución del elemento,
pudiendo ocurrir, que si no entiende correctamente la idea, construya algo
parecido, y ya sabemos lo distintas que pueden ser dos cosas que se parecen
bastante.
- Se pueden correr
riesgos importantes por la utilización de materiales y secciones sin la
oportuna verificación por los cálculos.
- La ausencia de
detalles constructivos puede beneficiar a contratistas desaprensivos que, a
riesgo de la Dirección de Obra, rebajan calidades, secciones y grosores. Esto
es particularmente notorio en el empleo de vegetales.
- Además de la obra,
que soportaría las mayores consecuencias, la Dirección de Obra es la más
perjudicada por estas faltas, pues se ve obligada a diseñar sobre la marcha, a
veces a encajar soluciones por la fuerza, y a soportar las quejas del
constructor que no aviene fácilmente a construir lo no proyectado.
- Una mención
especial tienen los riesgos de uso.
Pero
lo peor, bajo nuestro punto, es la pérdida de utilidad del elemento o solución
de diseño por no haber considerado a tiempo la solución para hacerlo realidad.
Croquis de solución constructiva |
Esta
obligación del proyectista lejos de ser un trabajo añadido es un provechoso estudio
y análisis de lo diseñado, pues, en nuestra opinión, los estudios de las
soluciones constructivas mejoran los diseños. En efecto, la dedicación a hacer
viable la idea desde el punto de vista de su construcción, donde se incluyen
consideraciones acerca del mantenimiento, posibilidades de los materiales,
economía de costes, duración del elemento, etc.- aporta matices y retoques, a
veces complementos, que, quizá por
proporcionarle al diseño un mayor peso de realidad, le convierte en algo
más valioso.
Así
por ejemplo en el diseño se concede mucha importancia al tamaño y potencia de
las piezas, determinándose, muchas veces, las secciones sólo bajo la óptica de
la estética. Hay además una dimensión de cálculo, necesaria para soportar los
esfuerzos previstos. Pues bien, con frecuencia esta dimensión es la que mejor
armoniza en el diseño, lo hemos comprobado en muchas ocasiones.
Otro
aspecto a considerar, en la valoración simultánea de la idea, es su coste
económico, del que en ningún momento puede desentenderse el proyectista. Un
coste razonable, adaptado a la realidad, es decir, en sintonía con el
planteamiento crítico de la situación es, además de necesario, otro elemento de
encaje de la solución que la refuerza notablemente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario