“...Los
parques y jardines deben seguir siendo los espacios sensitivos y emocionantes...”
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Vamos
a terminar esta serie de reflexiones, previas al diseño, con el análisis del
espacio y su percepción por el individuo, es decir el usuario a quien nuestra
obra se dirige ya sea en un parque público o en un jardín privado.
Para
nosotros los parques y jardines tienen una connotación de percepción y uso de
la escena, y simultánea o seguidamente, de obtención de sensaciones que se
pretenden agradables, ya lo hemos dicho. Para que esto sea posible hace falta
que el usuario pueda captar algo favorable de la escena que se le ofrece – no
estamos considerando las otras personas – y que el uso o la mera contemplación
le proporcione alguna satisfacción.
Es
preciso ofrecer un espacio que sea percibido, entendido y comprendido, por este
orden. Los parques y jardines deben seguir siendo los espacios sensitivos y
emocionantes, como se recuerdan los mejores. Su diseño debe caminar por la vía
de la percepción buscando despertar el interés de la gente y que no pase de
largo, para después favorecer su entendimiento y comprensión, lo que
determinará su correcto y aprovechado uso, derivándose de aquí, si todo es
favorable, un sentimiento positivo.
En
otro orden de ideas, favorecer la percepción es muy conveniente pues constituye
uno de los primeros escalones de la educación ambiental, a la que tan
entregados deben estar los espacios públicos, en particular los parques y
jardines, pues constituyen escuelas permanentes de educación ciudadana. Esta
facultad la tienen atribuida desde su concepción aunque, por desgracia, muchas
veces, sirvan para todo lo contrario.
“…Su
diseño debe caminar por la vía de la percepción buscando despertar
el interés
de la gente y que no pase de largo…”
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Las
personas que tiene más desarrollado el sentido de la percepción – por
costumbre, educación... – son más sensibles a cuanto tienen alrededor,
incluidas las otras personas; aprecian lo que se pone a su alcance y lo
llegan a conocer mejor, entran más pronto y mejor en la escena obteniendo de
ello una rentabilidad superior. Ciertamente de este mejor conocimiento puede
derivarse un aprecio, pero también un rechazo, que será crítico y bien fundado,
con pleno conocimiento, también favorable.
Buscar
estas reacciones en los usuarios a través del diseño, nos encamina a la más
alta y sublime función de los parques y jardines cual es la creación de
espacios más humanos, efectivamente usados y vividos por la gente, con pleno
conocimiento, como no debe ser de otra forma.
Tratando
de conseguir el aprecio general, aunque sea a escala modesta, el diseño de los
parques y jardines y su equipamiento debería permitir la percepción en parte
superficial, fácil de conseguir, y en parte profunda de los elementos y
ambientes percibidos. Con ello se pretende llegar a todos y especialmente a
unos pocos – mejor sería a muchos – que por su especial preparación sean capaces de alcanzar
sensaciones intensas, ya sea ante un determinado tema o disfrutando en un
escenario de su especial gusto y entendimiento.
Analizar
el diseño bajo este particular aspecto es muy importante y no esta exento de
dificultades, que dimanan del conocimiento de otros muchos factores, tales como
el medio, ambiente urbano, nivel cultural... Creo que no pueden darse reglas
ni pautas, sólo insistir en que cada parte de la obra, y ésta en su conjunto,
puedan tener una lectura, y que al menos algunas frases puedan ser leídas y
entendidas por todos.
“...la
más alta y sublime función de los parques y jardines cual es la creación de
espacios más humanos,
efectivamente usados y vividos por la gente...”
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