Los caminos comunican las distintas áreas y ordenan las circulaciones.
Los aspectos más destacables que tiene que cumplir un buen trazado son:
- Utilidad
- Coherencia
- Belleza
Un camino que une en línea recta dos puntos es el mejor, si no perjudica otros factores del diseño, en especial si conduce a un punto focal.
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Un camino serpenteante sin motivo no tiene sentido, no se acepta bien.
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Un camino con curvas justificadas, sí se acepta: el proyectista deberá colocar estos elementos en la escena cuando no existan, para dar sentido y justificar la traza.
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Un camino que cruza sobre el agua, sobre un puente, manifiesta, mejor que otros, su naturaleza y el servicio que presta. Otro tanto puede decirse de sus pretiles.
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Un camino ancho es mejor que uno estrecho, proporciona confort y calidad, pero puede resultar excesivo y dejar al caminante desamparado o acortar excesivamente la perspectiva.
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Un camino estrecho puede ser angustioso, difícil de caminar junto a otras personas y empequeñecer la escena.
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Las bandas longitudinales lo alargan.
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Los despieces inclinados tienen sus problemas, pero pueden quedar bien.
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Por ejemplo, en las uniones de caminos con áreas estanciales. Especialmente en las que no acometen ortogonalmente, si queremos incorporar ambos al mismo espacio de relación.
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El perfil transversal también influye en la percepción. Una sección con rigola central estrecha el viario.
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Mientras que una sección con varios puntos de recogida le proporciona mayor anchura aparente.
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