9 dic 2013

Obra civil (IV) - Rampas

En esta nueva entrada de la serie sobre la obra civil en parques y jardines, vamos a hablar sobre las rampas.
Sirven como las escaleras para salvar desniveles, son más cómodas y no suponen una barrera arquitectónica, si cumplen determinados requisitos.


Diseño:
Estéticamente la rampa es muy distinta a la escalera y muy pocas veces puede sustituirse una por otra con parecidos efectos. La escalera, en general, encaja mejor, parece como si el plano inclinado de la rampa, al que no estamos muy acostumbrados en nuestras construcciones basadas en el plano horizontal, fuese un elemento distorsionante en el diseño; basta recordar algunas rampas, sobre todo si son largas, y su destacada, podríamos decir impertinente, presencia en el diseño; será por ello que se suelen reducir a tramos cortos y también a darles una forma curva. También es importante decir que esta cualidad de la rampa como elemento de mucha presencia es muy importante cuando lo que se busca es precisamente esto.
La rampa tiene una pendiente de uso limitada al 8% en espacios públicos, recomendable del 6%. La NTJ01A fija los siguientes parámetros:
  • Tramos <3 m de longitud: 12% de pendiente máxima, recomendable 10%.
  • Tramos 3-10 m de longitud: 10% de pendiente máxima, recomendable 8%.
  • Tramos 10-20 m de longitud: 8% de pendiente máxima, recomendable 6%.
  • No hay límite de longitud para pendientes inferiores al 6%.
Las administraciones locales también tienen sus normativas al respecto, por ejemplo la Comunidad de Madrid indica:
  • Tramos <3 m de longitud: 12 % de pendiente máxima.
  • Tramos <6 m de longitud: 10% de pendiente máxima.
  • Tramos <10 m de longitud: 8% de pendiente máxima.
La normativa de edificación es más estricta, el CTE-DB SU marca los siguientes valores para rampas para usuarios en sillas de ruedas:
  • Tramos <3 m de longitud: 10% de pendiente máxima.
  • Tramos <6 m de longitud: 8% de pendiente máxima.
  • Tramos <9 m de longitud: 6% de pendiente máxima.

Los descansillos tendrán una longitud mínima de 1,50 m en la dirección de la circulación, siendo necesario disponer descansillos horizontales iguales al anterior en todos los comienzos y finales de rampas.

Construcción:
En su construcción se emplean materiales antideslizantes: piedra, cerámica, losas de hormigón prefabricadas, siendo muy frecuente también la construcción in situ de hormigón, preferiblemente armado, con acabado raspado o impreso. El acabado con canto rodado para las rampas no es adecuado, aunque el tamaño del árido sea pequeño, pues son resbaladizas. La madera está poco indicada pero si se utiliza tiene que ser con listones de un ancho inferior a 10 cm dispuestos transversales a la marcha, dejando grietas de 0,5-1 cm entre ellos y con las aristas romas. La traviesa de ferrocarril, sobre todo si es nueva, no está indicada pues resulta muy resbaladiza. La piedra de granito se comporta bien, la pizarra suele resbalar y también la caliza, salvo que se mantenga rugosa. El hormigón con un buen acabado se comporta muy bien. Las rampas soladas con piezas cerámicas resultan resbaladizas, salvo el gres rústico no vidriado. También se comporta muy bien el adoquín de hormigón.
Siempre que se utilicen piezas, éstas deben tener una disposición transversal al sentido de la marcha, incluso girarse en las curvas para mostrarse siempre normales al caminar.
La construcción de la rampa es similar a la de la escalera; por lo general requieren una solera de hormigón, armado preferentemente, con terminación in situ o recubierta de algún material. Las rampas que se terminan con  losas de piedra de cierto espesor, adoquines de granito, de hormigón o de gres, losas de hormigón... pueden ejecutarse directamente sobre firmes terrizos consolidados, mediante una cama de arena, necesitando sentar con mortero de cemento la hilada del comienzo y, si es larga la rampa, alguna intermedia. El geotextil tejido o la malla de fibra de vidrio son elementos muy interesantes para el armado.
Como las escaleras, las rampas pueden necesitar protecciones laterales, pasamanos, remates... Las barandillas de protección son obligadas cuando la altura de caída es igual o mayor de 1 m; la defensa tiene que tener una altura de al menos 1 m, no poderse escalar y una luz igual o menor de 12 cm, el ancho de la cabeza de un niño.

Rampa italiana:
Es una rampa interrumpida por un peldaño cada cierto tiempo, de poca altura (5-8 cm) y de arista redondeada, que permita el tránsito de coches de niños y sillas de minusválidos (siempre ayudados), y que no dificulte apenas el ritmo de la marcha.
El peldaño de la rampa italiana, si así puede llamarse, tiene una finalidad muy distinta al de la escalera. En esta última el pie se coloca sobre el peldaño, a veces sobre el borde de ataque, pues claramente es una subida escalonada, con movimiento ascendente de los pies. La rampa italiana no se sube, se camina por ella y por tanto su peldaño no es para efectuar un movimiento ascendente, sino para librarlo al caminar en pendiente, levantando un poco más el pie que en el resto de los pasos. Por ello el peldaño tiene muy poca altura y su borde redondeado, para salvarlo mejor al caminar.
Rampa y rampa italiana
La pendiente de la rampa no debe ser superior al 8%, recomendado el 6%, la altura del peldaño de 5 a 8 cm (en algunos casos puede llegarse a 10 cm) y estar realizado con un material diferente para distinguirlo bien. La forma redondeada de la arista obliga a utilizar materiales antideslizantes, siendo muy adecuado el granito abujardado.
Es importante trazarlas con cuidado para que el peldaño se salve alternativamente, y que al menos se puedan dar 2 pasos en cada tramo, es decir, que la subida se produzca al menos cada 3 pasos y siempre en número impar, con pie alternativo. Deben evitarse las rampas italianas de 2 pasos, se las llama rampas de cojo pues se sube siempre con el mismo pie y se acaba uno cansando. Considerando que la longitud de un paso en rampa, para una pendiente media, es de unos 50 cm, la distancia mínima entre peldaños sería de 1,50 m.
En su construcción pueden utilizarse los mismos materiales que en las rampas y escaleras, y vale todo lo dicho para ellas.
La rampa italiana es un elemento que encaja muy bien en muchos diseños; es menos agresiva que la rampa normal y mucho más cómoda que la escalera, y, además, muy lucida su se traza adecuadamente y se utilizan bien los materiales. Las plantas curvas de ancho generoso, incluso de ancho variable, son muy atractivas, y los tramos permiten diseños de pavimentos muy interesantes. Aunque es un producto típico de los jardines italianos, su empleo está indicado en cualquier lugar siempre que las formas y los materiales sean los adecuados.

1 comentario:

  1. Me parece algo genial y que muchas personas se van a beneficiar de ello, hay que pensar mucho más en las personas discapacitadas porque son los que más problemas tienen al circular por las calles

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