UTILIZACIÓN FUNCIONAL
En los últimos 50 años se han desarrollado estudios
altamente especializados sobre la utilización de las plantas en la solución de
problemas de ingeniería medioambiental.
Interesa conocer la relación entre las plantas y los
efectos que ayudan a resolver algunos problemas:
1. Las hojas gruesas
amortiguan el sonido.
2. Las ramillas y
hojas temblonas de algunos árboles (chopos) enmascaran los ruidos.
3. Las hojas
pubescentes atrapan y las que transpiran mucho atrapan partículas de polvo.
4. Los estomas de las
hojas intercambian gases con la atmósfera.
5. Las hojas y flores
perfumadas enmascaran y combaten malos olores.
6. Las hojas, ramas y
ramillas frenan el viento.
7. Las hojas y ramas
detienen el impacto de la lluvia, nieve y granizo.
8. Las raíces y la
cubierta vegetal detienen la erosión.
9. El denso follaje
disminuye la luminosidad.
10. El follaje claro
filtra la luz.
11. Las ramas
espinosas dificultan o impiden los movimientos de los animales.
Control de la
erosión: Las plantas pueden controlar
la erosión eólica y por escorrentía, empleándose mucho en jardinería para la
fijación de taludes.
Las especies más interesantes son la de raíz
fasciculada si bien las de raíz pivotante son necesarias cuando puedan darse
deslizamientos de fondo, al menos es interesante disponer una mezcla de ambas.
Este fenómeno se produce con bastante frecuencia en
taludes arcillosos cuya capa superficial ha sido laboreada para las
plantaciones y posteriormente dotada de un riego por aspersión. La carga de agua del talud y la escorrentía
de fondo que se origina entre las dos capas de tierra, unido al poder
lubricante de las arcillas, origina frecuentes deslizamientos que pueden ser
peligrosos. En estos casos hay que vigilar la intensidad de los riegos y, si
fuera necesario, anclar el talud.
Control del
ruido: Este mal, llamado contaminación
invisible, es poco remediable con los vegetales, a pesar de lo que pueda
parecer o muchas personas suponen.
La atenuación del sonido por las plantas es
consecuencia de la absorción por las hojas, ramas y tallos. Se ha comprobado
que los responsables de una mayor absorción son los elementos densos, de hojas
carnosas o duras y con pecíolo. Esta combinación permite el más alto grado de
flexibilidad y vibración, y los enjambres de ramas, ramillas y tallos producen
la mayor deflexión y refracción.
La especie ideal para combatir el ruido debería tener
las hojas tan grandes como fuera posible, fuertes y carnosas, de una gran
densidad, situadas en planos perpendiculares a la dirección de las ondas
sonoras, y la densidad interior de ramas y ramillas que fuera muy elevada, con
la vegetación desde el suelo y a la máxima altura.
También es importante la situación de la pantalla entre
el emisor y el receptor. Una pantalla que cierra el foco emisor es más eficaz
que una pantalla que cierra el área a proteger. Asimismo se ha comprobado que
la longitud de las pantallas será, cuando menos, el doble de la distancia que
separa el emisor del punto central de la pantalla.
En cuanto a espesores se indica que son necesarios
anchos de 20 - 30 m con una altura en el centro de la pantalla, para emisores
cercanos al suelo, de 12 - 14 m. Asimismo la distancia de la pantalla al emisor
no debiera ser superior a 20 m.
Con todos estos condicionantes la máxima reducción del
ruido por las plantas no supera los 10 dB, particularmente en frecuencias de
1000 a 11.200 c.p.s.
Control de la
contaminación atmosférica: El papel de
los árboles en la reducción de la contaminación atmosférica es muy variable así
como sus efectos:
En la limpieza del aire, la vegetación actúa de tres
formas diferentes:
1. Procesos de
dilución de los contaminantes por medio de corrientes de aire favorecidas
siempre por el arbolado.
2. Procesos de
captación de partículas en la superficie de las hojas particularmente, también
en ramas y ramillas.
3. Procesos de
intercambio gaseoso a través de la epidermis de las plantas.
Los primeros requieren de escasa ampliación, juegan un
papel muy importante por si solos, y en combinación con los otros dos: como
efectos negativos tiene la dispersión del polen.
La captación de las partículas de polvo depende mucho
de la especie vegetal y de la humedad del ambiente, siendo mayor en hojas pubescentes, con alta
transpiración y con humedad ambiente elevada. Para tener una idea del alto
poder fijador de las plantas, podemos indicar que una hectárea de arbolado
puede fijar una media de 50 toneladas año de polvo, si se encuentra en
situación de poder hacerlo.
La disposición de las pantallas tiene mucha importancia
destacándose su posición respecto del viento y la altura de la superficie foliar
que deberá ser adecuada a la altura de la contaminación, pues si es mayor pueden
producirse efectos negativos por corrientes de inversión, frecuentes en
arbolado.
Por último a través del intercambio gaseoso originado
en la fotosíntesis, las plantas consumen grandes cantidades de anhídrido
carbónico liberando oxígeno, que también consumen, pues no hay que olvidar que
las plantas también respiran, incluso las raíces. Para tener una idea de la
producción de oxígeno por las plantas podemos mencionar que una hectárea de
arbolado puede producir al año 10 Tn de oxígeno.
La producción de oxígeno por las plantas, con ser muy
importante en el ecosistema tierra, no lo es tanto en la ciudad. Por extensas
que fueran, comparada esta producción con el consumo de oxígeno que en
cualquier ciudad se produce, dan como consecuencia un balance deficitario. En
la ciudad se dan muchos procesos alimentados por oxígeno y si no existiese una
buena renovación de aire del exterior las ciudades se asfixiarían.
Más importante en el ecosistema ciudad es la acción
purificadora de las plantas en el intercambio gaseoso con otros contaminantes.
La absorción del monóxido de carbono, gas altamente
peligroso para la vida de los animales, a los que produce anoxia en la sangre,
alteraciones visuales, indisposición fisiológica, apatía y cefalalgias, es
importante, pudiendo estimarse, con una aproximación muy relativa, que la
vegetación absorbe el 25% del gas existente.
Los óxidos de nitrógeno, que producen irritaciones en
mucosas, ojos y piel, además de neumonías en dosis altas, en proporciones
variables, se neutralizan por las plantas en los procesos de oxidación de su
metabolismo.
Los derivados de azufre, fundamentalmente el SO2,
originado por la combustión de combustibles fósiles, es un contaminante
peligroso muy abundante en las ciudades, sobre todo en invierno. En el
metabolismo de las plantas el SO2 es
oxidado rápidamente dando lugar a sales más o menos estables. Se ha indicado
por algunos autores que una hectárea de bosque puede absorber al día de 1 a 2 kg de SO2.
Otros contaminantes como el plomo se fijan directamente
sobre la vegetación.
Control de
brillos y reflejos: La radiación solar
afecta a nuestro control visual tanto como a nuestro confort térmico. Estamos
rodeados de millones de superficies reflectantes (cristal, aluminio, acero,
pinturas blancas, hormigón, agua) todas ellas capaces de propagar la luz. Los
rayos, bien sean provenientes del sol, de cualquier otra fuente luminosa o
propagados mediante reflexión alteran la vida de las personas, y aún de las
cosas.
Las plantas pueden emplearse como pantallas contra la
luz ya que absorben casi toda la radiación luminosa que reciben, salvo casos
excepcionales de plantas con follaje muy claro o con una proporción muy elevada
de flores blancas.
Jardinería en viales |
Auxiliares
del tráfico: Los árboles y arbustos
pueden también ser útiles auxiliares de tráfico de personas, vehículos y
animales. Mediante el empleo de setos o barreras vegetales pueden enmarcarse
paseos, cruces de calles... con resultados tanto o más eficaces que
empleando otros materiales.
Una correcta elección de la
especie vegetal puede proporcionarnos barreas infranqueables, suaves borduras,
tapices verdes de distinto color para señalar distintos usos del espacio,
cerramientos de áreas de juego, medianas de calles y autopistas que pueden
incluso absorber el impacto de un vehículo al salirse de la carretera.
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