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11 jul 2016

Proyecto de Zona Verde Pública - Mantenimiento (II) - Paseos y Áreas Terrizas

Siguiendo la serie sobre el Proyecto de Zona Verde Pública en la fase del Diseño global y las partes constituyentes del Proyecto, continuamos tratando el MantenimientoEn esta entrada nos centraremos en los Paseos y las Áreas Terrizas.


Son las partes de la obra de mayor utilización, de gran trascendencia ya que aseguran la vialidad del parque o jardín, cometido de la mayor importancia, y van a necesitar de una atención constante que restaure las erosiones que se producen por los usuarios (bicicletas, patines, juegos...) y por los agentes exteriores, entre ellos la lluvia, y también los riegos, que, si las pendientes son mayores del 2% producirán escorrentías, y en cualquier caso  encharcamientos de negativas consecuencias no solo para la capa superior sino para el firme que será preciso corregir. 

En tiempo seco se produce polvo al caminar, también con viento, aspecto negativo que habrá que corregir con enmiendas o manteniendo un cierto grado de humedad.

La aparición de malas hierbas, en particular la contaminación de los bordes más húmedos, junto a las zonas empradizadas, también requiere de atención muy frecuente.

El uso produce la disgregación de los áridos y la aparición de elementos finos en superficie que contaminan la capa superficial, siendo preciso realizar recebos con cierta frecuencia; esta labor cobra más importancia en pavimentos terrizos con acabados de arrocillo calizo, albero, polvo de ladrillo...

Por último la existencia de un sistema de recogida de aguas en caceras y rigolas obliga a constantes perfilados y limpiezas de tierras y malas hierbas.

Todas estas operaciones y otras, que pueden darse en firmes terrizos especiales, se componen de mano de obra casi en el su totalidad, constituyendo un coste muy importante del mantenimiento. La mecanización de estas operaciones es muy difícil, solo posible desde el diseño.

Su atención en el diseño debe ser grande, mucho más de lo que habitualmente es. El planteamiento partiría siempre del análisis de los materiales terrizos existentes en el lugar, al objeto de adecuar las soluciones constructivas a su empleo, siempre que ello sea posible, ya que resultará más económico que ninguna otra solución.

En primer lugar se prestará atención a los firmes de acuerdo con las cargas a soportar, características del subsuelo y material granular a utilizar en superficie. El empleo de geotextiles y productos similares está muy justificado para resolver problemas de contaminación por arcillas, manantiales en la sub-base... También hay que prestar mucha atención a la elección del material granular que conformará el pavimento, mezclas, espesores, adición de estabilizantes, aglomerantes, así como a la correcta puesta en obra.

Otro factor a considerar en el diseño, de gran economía en el mantenimiento, son los bordes duros de los pavimentos terrizos que evitan la contaminación por los materiales de fuera, malas hierbas en particular, con gran economía de mantenimiento.

Además de lo anterior sería útil considerar la utilidad de estos pavimentos y posibles alternativas. Así, los parques y jardines urbanos, en climas lluviosos y medianamente  lluviosos, deberían tener aseguradas las comunicaciones interiores principales por medio de paseos pavimentados para ser utilizadas en todo tiempo con cualquier tipo de calzado. En estos climas los paseos terrizos no deben tener pendientes superiores al 1%, y poseer un sistema de cunetas o rigolas para la recogida de aguas, con pendientes no superiores al 2%. El mantenimiento de estas cunetas y rigolas, si son terrizas, es también muy costoso.

La consideración de todos estos factores junto con las soluciones de diseño necesarias darán la pauta a seguir, terminando en muchos casos por prescindir de este tipo de pavimentos por ser el coste del mantenimiento un factor limitante.

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