La vegetación es el activo más importante de las zonas verdes |
La vegetación en su conjunto, y de forma individual
los vegetales, son el activo más importante de las zonas verdes ya que vienen a
desempeñar un considerable número de funciones muy beneficiosas. Completan y
hacen posible el llamado “espacio multifuncional” que llaman algunos autores y
así deben considerarse en el proyecto.
La respuesta global de la
población a la vegetación siempre es positiva y es relativamente fácil acertar
a poco que se estudie con detalle la solución de diseño y se posean ciertos
conocimientos. No obstante la renta personal de cada usuario es un enigma,
imposible de conocer a priori y desde luego imposible de atender desde el
proyecto, ya que cada persona realiza una distinta valoración de la vegetación
desde su punto de vista personal, emotivo y sentimental.
Dejando a un lado las muchas
funciones de la vegetación en este campo sensorial y personal, existen un
número considerable de otras objetivas y por tanto cuantificables que es
necesario conocer para utilizar los vegetales con acierto. Nos referimos al
aumento de la humedad relativa del aire, amortiguación de la temperatura,
fijación del polvo, control de ruidos, de la erosión y de la contaminación
atmosférica, amortiguación de brillos y reflejos, mejora de perspectivas...
En definitiva, las funciones genéricas de las zonas verdes, que no son más que
los beneficios que de su empleo se derivan, pues, como es lógico, sólo se les
asignan funciones beneficiosas. En algún caso podría esperarse de ellas
funciones perjudiciales, que también las tienen, y, desde luego, los perjuicios
serían muy grandes, si el proyectista los buscase, lo terrible es que se
produzcan por ignorancia.
Las funciones beneficiosas de
la vegetación, de interés para el proyecto, podemos agruparlas en cuatro
apartados:
1.-Mejora de las condiciones
climáticas
2.-Utilización funcional
3.-Utilización arquitectónica
4.-Utilización estética
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