RED
DE ALUMBRADO
Funcionalidad
y estética deben conjugarse bien en estas instalaciones pues tiene mucha
importancia en el uso de la zona verde y en la puesta en valor de determinados
efectos estéticos. El uso de los parques y jardines urbanos por la noche es
importante, en especial en lugares de clima benigno como el nuestro, y el alumbrado
de los mismos debe ser diseñado con mucho cuidado.
Consideraciones previas: Las demandas de alumbrado en los parques y jardines se
orientan a facilitar el movimiento, la orientación, el reconocimiento del
espacio próximo de relación, en especial los rasgos faciales, y la seguridad.
Es
interesante establecer la comparación del alumbrado de parques y jardines con
el de carreteras, que conocemos bien ya que somos permanentes usuarios, pues ambos
están diseñados para facilitar el movimiento y el reconocimiento nocturno.
Esquema de circuitos de alumbrado de un parque público |
Hay
tres puntos principales de diferencia en el alumbrado para peatones. El primero
es que, comparados con vehículos motorizados, los peatones se mueven mucho más
lentamente, con lo que se dispone de más tiempo para que la visión se acomode a
los cambios de luminancia. Los niveles de alumbrado y uniformidad son, por
tanto, menos críticos, especialmente la segunda, que en el tráfico motorizado.
La
segunda diferencia es que, mientras el conductor de un vehículo no se apoya
exclusivamente en el alumbrado de la calzada para su orientación – tiene los
faros del vehículo para ayudarle – el peatón sólo tiene la iluminación prevista
a lo largo del paseo; el valor mínimo de este alumbrado es, por consiguiente,
de enorme importancia.
El
tercer punto de diferencia es que el peatón, en mayor medida que el conductor,
necesita sentirse seguro y protegido en sus pasos, de manera que el alumbrado
deberá facilitar el reconocimiento facial de los transeúntes.
Seguridad de movimientos: Es importante para los usuarios del parque poderse
mover de manera segura, por lo que el alumbrado debe ser suficiente para
revelar los obstáculos del camino potencialmente peligrosos, así como
irregularidades y objetos de cierto tamaño en el suelo. Estos requisitos se
cumplen si la iluminancia horizontal o iluminación (flujo luminoso por unidad
de superficie incidente, sobre un punto de la misma) en cualquier punto no es
menor de 0,2 lux (un lumen por metro cuadrado) y preferentemente un valor
mínimo de 1 lux, siendo estos los valores recomendados en la guía de CIE sobre
alumbrado de emergencia en el interior de edificios.
Reconocimiento facial: Es importante para los peatones poderse reconocer
entre sí cuando se encuentran. Las pruebas realizadas bajo alumbrados típicos
demuestran que para un buen reconocimiento facial a una distancia de
observación de 4 m (la distancia que se considera “segura” si se presenta un
ataque), se requiere una iluminancia semicilíndrica en la cara de 0,8 lux que
equivale, a groso modo y no siempre, a una iluminancia horizontal de 5 lux.
Orientación: Una buena orientación implica la capacidad para
identificar elementos y peculiaridades del entorno que nos rodea, en especial
los bordes y cruce de los viales. En parques y jardines la identificación de
los elementos de la escena es muy difícil, al ser árboles y para poder
orientarse por ellos, habría que recurrir a niveles de iluminación muy elevados
y, además puestos en altura y fuera del viario. Otra cosa bien distinta es cuando
el parque o jardín dispone de elementos cercanos al viario, tales como
esculturas, lagos, templetes, quioscos, pérgolas... que tienen una silueta
definida y es fácil su identificación.
Por
ello en el alumbrado de parques y jardines se procura facilitar el
reconocimiento del entorno próximo de relación, en especial de los elementos
del viario: bordes de los caminos, letreros, papeleras, bancos... de cuya
lectura pueda obtener el usuario la necesaria orientación.
Seguridad: Desde esta consideración el alumbrado actúa de dos
formas: de una parte disuade al ladrón, maleante... y, de otra, caso que se
produzca el hecho, facilita su identificación.
Ambos objetivos se alcanzan si se cumplen las exigencias requeridas para
un buen reconocimiento facial.
Niveles de iluminación recomendados: Los niveles de iluminación anteriores en parques y
jardines, antes de aplicarse, requieren de ciertas consideraciones:
· El reconocimiento del viario, para un cierto nivel de
iluminación, depende de su color y de la luz reflejada, siendo los
terrizos poco reconocibles con bajos
niveles de iluminación.
· Los bordes del viario pueden diferenciarse bien cuando
existen y tiene un color claro, o bien cuando existe un fuerte contraste entre
el color del camino y del terreno que le acompaña. En parques y jardines, con
frecuencia, los bordes de los caminos no existen, están poco definidos y les
acompaña un terrizo del mismo color, no acondicionado ya como camino (una
cuneta por lo regular) y, por tanto, peligroso.
· En los paseos terrizos es habitual la existencia de
pequeñas regueras y depresiones de la rasante a veces convertidas en charcos,
poco reconocibles.
· La vegetación arroja sombras del alumbrado sobre el
viario que puede confundir.
· La masa vegetal apenas refleja la luz, por lo que toda
la vegetación que rodea al transeúnte del parque no se percibe y se muestra
como un vacío de color negro (sin color), salvo que pueda diferenciarse por el
contraste con otros fondos, como edificios o cielo iluminado por luna o
estrellas.
· Los ruidos que se producen en el interior de este vacío
negro, a poca distancia del camino, inquietan al caminante.
· La ocultación del espacio que produce la vegetación
situada al borde del viario, como setos o arbustos, incluso los troncos de los
grandes árboles, comunican cierta inseguridad al peatón al pensar que puede
verse sorprendido por la súbita aparición de alguien a muy corta distancia.
· Los parques y jardines son la morada habitual de
indigentes y escenarios de numerosos robos y agresiones. La mayoría de la gente
rehuye atravesar un parque de noche.
· El reconocimiento facial en los parques, por todo lo
que venimos diciendo, debe lograse a una distancia mayor de 4 m.
· La orientación mediante el reconocimiento de los
elementos que se muestran en el paisaje, en parques con abundancia de
arbolado, es prácticamente imposible.
Solo ayuda el reconocimiento del viario, cruces, y de los elementos situados en
él o a corta distancia, que será conveniente aportar para favorecer esta
lectura.
Como
puede apreciarse la mayoría de las consideraciones están relacionadas con la
seguridad y el miedo que produce el paso de noche por los parques, aspecto que
está hoy más presente que nunca ante la inseguridad ciudadana que se ha
instalado en las grandes ciudades.
También
es importante considerar las muchas situaciones que pueden presentarse, desde
espacios abiertos y muy despejados donde la identificación de elementos del
paisaje es posible a paseos cerrados por un denso dosel de arbolado.
Por
ello indicamos los siguientes niveles de iluminación:
Iluminancia
|
Observaciones
|
0,2
lux
|
Mínimo teórico para seguridad de
movimientos
|
1 lux
|
Mínimo para seguridad de movimientos
en parques
|
5 lux
|
Media para reconocimiento facial a 4
m.
|
10 lux
|
Mínimo de seguridad y para
reconocimiento facial en parques
|
15 lux
|
Alumbrado aceptable
|
20 lux
|
Alumbrado atractivo
|
Deslumbramiento: El problema del deslumbramiento no es tan crítico como
en la conducción de vehículos por la menor velocidad del conductor y el tiempo
de que dispone para acomodar la visión a los cambios de brillo en su campo
visual, por lo que es menos probable que se vea cegado hasta el extremo de
chocar con un obstáculo del camino. De hecho, algún que otro brillo es bien recibido,
pues colabora a lograr un efecto atractivo y animador.
No
obstante existen muchas situaciones en parques y jardines de una cierta
oscuridad y gran negrura alrededor, iluminada sólo por una fuente luminosa que
se nos aparece al frente y a la altura de los ojos, ya sea porque el soporte
tiene más o menos esa altura o porque la situación relativa de foco luminoso y
peatón es esa. En estos casos el deslumbramiento es total y solo puede
avanzarse apantallando los ojos con la mano, y aun así a duras penas.
En
la situación de los focos luminosos se tendrá presente:
· No colocar ninguna fuente de luz sin apantallar al
nivel de los ojos.
· Deben ponerse más bajas de 1 m, como en el caso de
bolardos, o más altas de 3 m aproximadamente.
· Tener en cuenta los desniveles del viario, muros,
escaleras... para que no se produzcan estas situaciones (siempre es
preferible poner la farola en la parte superior del tramo de escalera).
· El mayor deslumbramiento se produce por un único punto
de luz, una sucesión de puntos de luz colocados en posición incorrecta
deslumbran mucho menos.
· En el deslumbramiento influye también de forma decisiva
la potencia del foco emisor.
Lámparas: Las investigaciones han venido a demostrar que en la
evaluación de un ambiente exterior pesa mucho más la apariencia en color que el
rendimiento en color.
Las
lámparas de incandescencia, a las que estamos acostumbrados en nuestros hogares
de siempre, tienen como media una temperatura de color de 2.750 ºK. Este color
de luz sirve como referencia: es el color que crea la ambientación de las horas
del atardecer, de las horas de ocio.
Para
lograr unidad y armonía en la noche dentro del total de la zona es deseable
emplear lámparas con temperatura de color cercanas a esos 2.750 ºK. Es
preferible además quedarse cortos en ese valor que pasarse: las lámparas de
sodio (1.800 ºK – 2.000 ºK) parecen subjetivamente más similares a una lámpara
incandescente que las de vapor de mercurio de 3.300 ºK.
La
temperatura de color de las lámparas utilizadas en áreas abiertas residenciales
deben situarse, por tanto, entre 1.800 ºK y 3.300 ºK, con una cierta
preferencia para los valores incluidos en la gama de 2.000 ºK a 3.000 ºK.
Las
fuentes de luz que pueden ser aplicadas en alumbrado son:
· Incandescentes: Su luz es amarillenta con un
rendimiento de color del 100%. No es recomendable para el alumbrado exterior,
excepto para iluminar detalles ornamentales.
· Incandescentes halógenas: Son muy parecidas a las
anteriores y algo más eficaces.
· Vapor de Mercurio (VMCC): Presentan una aceptable
reproducción cromática y una buena respuesta frente a las variaciones de
tensión, pero tienen el inconveniente de una menor relación lúmenes/watio que
las de VSAP. Su luz es blanca con rendimientos de color inferiores al 60%. Son
las más utilizadas en parques y jardines.
· Vapor de Sodio de Baja Presión (VSBP): Son las que
presentan la mayor relación lúmenes/watio, pero dado que tanto su temperatura
del color como su reproducción cromática son muy bajos, su luz es amarillenta y
monocromática, resultan inaceptables en la mayoría de las instalaciones. Son
recomendables para alumbrados de seguridad y carreteras fuera de núcleos
urbanos y nada recomendables en zonas verdes pues distorsionan fuertemente los
colores.
· Vapor de Sodio a Alta Presión (VSAP): Presentan
normalmente una menor reproducción cromática pero tienen mejor rendimiento. Su
luz es amarillenta con rendimientos del color entre el 20% y el 80%,
dependiendo del modelo. Son las más utilizadas en entornos urbanos.
· Fluorescentes (F): Habitualmente no se han utilizado
debido a la menor relación lúmenes/watio respecto a las anteriores, y a los
problemas de encendido a bajas temperaturas, así como a su menor vida útil.
Estos problemas se han resuelto con las lámparas fluorescentes compactas de
bajo consumo, con equipo electrónico de encendido incorporado, las cuales
presentan una buena reproducción cromática. Su luz es blanca con rendimientos
cromáticos entre el 40% y el 90% y son
recomendables para alumbrados peatonales y de jardines. Por ahora se
fabrican de bajas potencias y para aplicaciones domésticas pero ya se utilizan
en balizas y se prevé una importante futura utilización en alumbrado público.
Tienen una alta eficiencia.
· Halogenuros Metálicos: Su luz es blanca azulada con
rendimientos de color entre el 60% y el 90%. Son recomendables en proyectores
en áreas deportivas y grandes zonas donde se requiera un elevado rendimiento
cromático. Son muy eficaces, parecidas a las de sodio de alta presión, pero de más
corta vida.
De
todas ellas, únicamente las lámparas de descarga son capaces de satisfacer, por
su elevada eficacia luminosa y duración, las exigencias del alumbrado público,
y de ellas, las más utilizadas son las que resumimos a continuación:
Tipo de
lámpara
|
Potencia
Lámp+Eq
(W)
|
Flujo lumin
100 h
(Lm)
|
Eficacia
Lumin.
Lm/W)
|
Índice
Reproduc.
Cromática
(I.R.C.)
|
VMCC
125 W
|
137
|
6300
|
46
|
40-59
|
VMCC
250 W
|
266
|
14000
|
53
|
40-59
|
VSAP
70 W
|
83
|
5600
|
68
|
20-39
|
VSAP
100 W
|
115
|
9500
|
83
|
20-39
|
VSAP
150 W
|
170
|
15500
|
91
|
20-39
|
Fluoresc.
32 W
|
35
|
2400
|
68
|
80-89
|
Un
aspecto importante a considerar en la actualidad es la contaminación lumínica.
Se
define como el brillo o resplandor de la luz en el cielo producido por la
difusión y reflexión de la luz artificial en los gases y partículas de la atmósfera.
No
todos los tipos de lámparas impactan de igual forma siendo mayor cuanto mayor
sea la zona del espectro donde emite. También influye de la zona del espectro
donde emite, así una lámpara emitiendo en la zona ultravioleta (no útil para el
ojo humano) impacta más que cualquier otra con el mismo flujo.
Desde
este importante punto de vista para el alumbrado de zonas verdes, podemos
clasificar las lámparas de la siguiente forma:
Poco contaminantes:
· Vapor de Sodio a Baja Presión: emite prácticamente sólo
en una estrecha zona del espectro, dejando limpio el resto.
· Vapor de Sodio a Alta Presión: emiten sólo dentro del
espectro visible.
Medianamente contaminantes:
· Lámparas incandescentes: No emiten en el ultravioleta
pero sí en el infrarrojo cercano. Su espectro es continuo.
· Lámparas incandescentes halógenas: Son iguales que las
incandescentes pero emiten algo más en el ultravioleta, si no va provista de un
cristal difusor (son peligrosas sin este cristal por emitir en el ultravioleta
duro).
· Lámparas fluorescentes: Emiten en el ultravioleta.
Muy contaminantes:
· Lámparas de Vapor de Mercurio a alta Presión: Tienen
una elevada emisión ultravioleta.
· Halogenuros Metálicos: Tienen una fortísima emisión en
el ultravioleta.
Luminarias: La variedad de luminarias es muy grande y su elección
debe hacerse considerando tanto o más el aspecto diurno que el nocturno, de
noche es más importante el efecto de la luz emitida que la forma y dimensiones
de la luminaria. Estos factores determinan su brillo y la distancia a que
pueden espaciarse.
Las
curvas características de distribución de los haces de luz son muy variables y
habrá, en cada caso, que elegir las más adecuadas. Así podemos encontrarnos con
distribuciones de luz extensas, como producen los globos, aconsejables para el
alumbrado de áreas relativamente grandes con un bajo nivel de iluminación. Las
restantes están dotadas de equipos ópticos para concentrar los haces de luz con
una determinada distribución. Este tipo de luminarias son las más utilizadas en
calzadas y viales, consiguen mayores niveles de iluminación en el área
iluminada sin bien producen deslumbramientos y requieren un menor espaciamiento
para compensar la falta de uniformidad.
La
luminaria influye decisivamente en la contaminación luminosa del cielo
nocturno. Los globos, faroles tipo villa, luminarias con cierre esférico,
proyectores simétricos (alumbrado de grandes áreas, zonas deportivas...) con
elevada inclinación (superior a 20º)... son todos ellos muy contaminantes al
enviar parte del flujo directamente
sobre el horizonte. Las nuevas recomendaciones sobre contaminación lumínica
señalan utilizar en todos los casos luminarias con reflector que dirija el haz
hacia el suelo y cerradas con vidrios planos trasparentes o traslúcidos, no
estriados.
Montaje de luminarias: Las luminarias van generalmente montadas sobre
columnas si bien pueden estar adosadas a muros y fachadas o colgadas de cables.
También pueden situarse a ras del suelo.
La
altura de montaje depende en gran medida de la superficie a iluminar y la
uniformidad del alumbrado es mayor a medida que esta altura aumenta. En parques
y jardines la limitación a la altura se produce por las copas de los árboles
que impiden la propagación de los haces de luz. La altura de montaje suele
estar en 3 y 5 m por este motivo.
Magnifico articulo! Un fuerte saludo
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