Siguiendo la serie sobre el Proyecto de Zona Verde Pública en la fase del Diseño global y las partes constituyentes del Proyecto, pasamos a tratar el Trazado y la Red Viaria.
El trazado es el orden interno del parque o jardín. Es la imagen gráfica, la trama interior, el equilibrio de las superficies, las formas y los volúmenes, las perspectivas y profundidades de campo, la integración o el distanciamiento, la relación, la singularidad... conjunto de elementos que proporcionan a los parques y jardines uno de los rasgos más significativos de su carácter y personalidad.
El trazado aporta los escenarios donde el usuario se mueve, se relaciona, juega y descansa, donde tiene lugar la actividad que ha venido a realizar en el parque o jardín; es algo inmaterial que le acompaña, que vive y le comunica sensaciones, algo que siente al utilizar el parque.
El trazado es el orden interno del parque o jardín. Es la imagen gráfica, la trama interior, el equilibrio de las superficies, las formas y los volúmenes, las perspectivas y profundidades de campo, la integración o el distanciamiento, la relación, la singularidad... conjunto de elementos que proporcionan a los parques y jardines uno de los rasgos más significativos de su carácter y personalidad.
El trazado aporta los escenarios donde el usuario se mueve, se relaciona, juega y descansa, donde tiene lugar la actividad que ha venido a realizar en el parque o jardín; es algo inmaterial que le acompaña, que vive y le comunica sensaciones, algo que siente al utilizar el parque.
Al
margen de la materialidad, es el encargado de proporcionar una buena parte de
los elementos sensitivos y espirituales para que sean recogidos, utilizados y
potenciados por los usuarios: el trazado serpenteante de un paseo entre prados,
sobrio y elegante de los parterres geométricos, suavizado por curvas en las
esquinas y fondos en los jardines franceses, íntimo y recoleto de los jardines
románticos, amplio y dilatado de las áreas de juegos y exposición... comunican en cada caso diferentes sensaciones y permiten distintos usos y
actividades para distintos estados de ánimo. Cada usuario se reparte la escena
según sus preferencias por el ambiente, siendo el trazado el factor más
determinante.
Esta
elección de los lugares e itinerarios más frecuentados, y en los que se siente
mejor, descubre en el usuario el sentido de apropiación del espacio que es de
la mayor importancia ya que supone el primer paso en el aprecio del parque y su
aceptación.
El
viario es, en cierto modo, la materialización del trazado, el medio físico de
contacto con el usuario. Su diseño y ejecución, si es acertado, vendría a
reforzar las ideas del trazado, además de facilitar las operaciones interiores
a las que sirve. Otro tanto cabe decir de los distintos materiales
constituyentes de los trazados.
Sin entrar en detalles nos gustaría indicar que en
bastantes ocasiones hemos podido ver cómo el diseño del viario está
completamente al margen del trazado del parque, al que, como es lógico, sirve;
así por ejemplo es corriente que viales pensados en el trazado para el tránsito
peatonal entre distintas áreas urbanas a través del parque, se diseñen con
materiales terrizos, que impiden su utilización en tiempo de lluvia; que
circuitos pensados para correr se realicen con materiales duros cuando se sabe que la carrera sobre firmes
terrizos es mas conveniente; que un vial o terraza que se sitúa junto a un
elemento arquitectónico de primera clase, con buenos materiales, se resuelva
con un pobre pavimento, de adoquín de hormigón por ejemplo, al que además le falta dimensión;
que se mezclen materiales de diversa procedencia y colores sin el más mínimo
respeto a las reglas de la composición o utilidad, algunos son francamente
incómodos, como los enmorrillados, otros ofrecen peligro de deslizamiento. Que
los caprichos de algunos diseñadores -artificieros del diseño-, sin ningún
fundamento, nos lleven a recorridos sinuosos, inútiles, que no aportan más que
incomodidades al alargar las distancias... todo ello sin entrar en las
deficientes ejecuciones, responsables de muchos desastres, y en el estado de
conservación.
Lo anterior, en muchos casos, además de la pérdida de
utilidad, es causa de rechazo de muchos usuarios, dotados de cierta
sensibilidad, que ven estropeado el cuadro de sus anhelos por un fallo evidente
del diseñador, que no ha prestado suficiente atención al detalle y que no se
justifica, ni siquiera por razones económicas. Conviene tener muy presente que
el usuario del parque es, en general, persona dotada de cierta sensibilidad,
artística que es donde radica la verdadera sensibilidad, y que realiza siempre,
consciente o inconscientemente, una valoración de la escena, de cuanto tiene a
su alrededor y del estado en que se encuentra.
El viario del parque, por todo lo anterior, desde el
punto de vista del usuario – nuestro cliente, ya lo hemos dicho antes – es uno
de los elementos que más atención requieren, aquí si que es importante la
visión de la escena y su vivencia anticipada en la mente del diseñador.
Aspectos
como el mantenimiento, pensado desde el diseño y no a lo que resulte, ó como el
uso de caminos peatonales por bicicletas o monopatines porque no se ha previsto
una vía alternativa ante una evidente necesidad, suponen en muchos casos
cuantiosas pérdidas de rentabilidad, en especial en ambientes gratos para
ciertas personas que se sienten muy molestas por la alteración de la paz del
parque o jardín. Cuidar estos aspectos desde el proyecto nos parece muy
importante.
En las siguientes entradas trataremos algunos de estos elementos como son los caminos, las escaleras y las rampas.
En las siguientes entradas trataremos algunos de estos elementos como son los caminos, las escaleras y las rampas.
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